Alcaudón Real

Alcaudón Real

No puede ser más curioso lo que nos cuenta hoy sobre el alcaudón Juan Carlos Delgado Expósito. A sus excelentes crónicas con olor a verdad y a campo, a sabiduría en definitiva, se unen ahora unas fotos que también son mejores cada día.

Qué suerte es poder leerle.

Gracias a todos por participar en esta web de Naturaleza,

Mónica Fernández-Aceytuno

A las 14:25 del 12-6-2010

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Yo recordaba otra Zamora, más de adoquín y de ladrillo…LEER MÁS……mi columna de hoy en ABC.

FOTO: Alcaudón Real

AUTOR:Juan Carlos Delgado Expósito

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J.Carlos Delgado Expósito, a las 20:30 desde la Baja Extremadura:

Estos días del mes de junio, cuando ya huele a verano, cuando el verde de la hierba se vuelve amarillo, se escucha en los campos de la Baja Extremadura el reclamo de los alcaudones reales; alcaudones adultos que son perseguidos por los ruidosos jóvenes, que aun suplican alimento a los adultos, auque ya saben cazar por su cuenta. Por todos es sabido que los alcaudones reales, gustan de empalar a sus presas, para ello utilizan cualquier soporte que de alguna manera este afilado para insertar a sus presas: alambradas de espinos, chaparras de encinas con alguna ramilla rota, retamas, majuelos, tamujos o algún galapero como se conoce por estas tierras al Piruétano ( Pyrus bourgaeana). En estos sustratos como digo insertarán a una variada fauna, con el fin de encontrar en tiempos de escasez alimentos en estas curiosas despensas alimentarias. Así he podido observar como almacenan aquí todo tipo tanto de invertebrados como vertebrados:

grillotopos, corralejas, saltamontes, arañas, escolopendras, mantis religiosas, coleopteros, ranas, lagartijas, ratones, aves como el jilguero, culebras de agua y en una ocasión una culebra de escalera de un tamaño de más de treinta centímetros de largo, en este caso pude observar como la cazaba. En la mayoría de los casos las presas son empaladas vivas, pues se puede comprobar como se mueven aun enganchadas en las púas, algo que podría parecernos más bien macabro, pero es simplemente la ley del más fuerte, es en definitiva naturaleza viva, supervivencia.

El alcaudón real al que podríamos perfectamente describir como una pequeña rapaz en miniatura, debido a esos hábitos alimenticios y su ganchudo pico, era en tiempos de la nobleza como una “rapaz de salón”, los nobles no sólo disfrutaban con la cetrería de halcones, azores o gavilanes al aire libre, también se divertían soltando alcaudones reales en los grandes salones, a los que previamente soltaban presas para que las atrapasen.

En la fotografía se observa cómo este alcaudón real, tiene a sus pies sobre la roca a un gran número de opiliones, además de sus propios excrementos y el de otras aves, que blanquean la roca.

Juan Carlos Delgado Expósito

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