Esta diminuta musaraña habitaba en un muro de piedras que delimitaba una finca. Se dejaba ver frecuentemente entre las oquedades.

Esta diminuta musaraña habitaba en un muro de piedras que delimitaba una finca. Se dejaba ver frecuentemente entre las oquedades.

El fotógrafo de la Naturaleza Juan Jesús González Ahumada, es el autor de esta preciosa fotografía de una musarañita (Suncus etruscus), uno de los mamíferos más pequeños del mundo, si no fuera porque en Tailandia hay un diminuto murciélago de menores dimensiones.

Para que nos hagamos una idea: mide 4 centímetros de longitud cabeza-cuerpo y pesa solo 2 gramos.

Las hembras paren de dos a cinco jóvenes de sólo 0,2 gramos de peso cada uno.

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Y así nos cuenta Juan Jesús, cómo hizo esta fotografía:

“Esta diminuta musaraña habitaba en un muro de piedras que delimitaba una finca. Se dejaba ver frecuentemente entre las oquedades. Con un metabolismo aceleradísimo necesita comer constantemente para recuperar las calorías que gasta, e intentar mantener la temperatura de su diminuto cuerpo. Aprovechando esta circunstancia le colocaba algunos bocados de suculenta comida y al mismo tiempo le tomaba algunas imágenes.”

Juan Jesús González Ahumada

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Os dejo con más de la musarañita. Y, por favor, no os perdáis las preciosas fotografías que acaba de hacer CRISTÓBAL GARCÍA, hoy en el Tablón de los Usuarios.

Gracias por participar en esta web de Naturaleza.

Y que paséis un buen día.

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NOTA: Merece la pena pinchar en la cruz (+) que hay en mitad de la página para ver ampliada esta fotografía donde se aprecia con claridad que, como todos los insectívoros, presenta la musarañita un hocico alargado y los dientes dispuestos en hileras continuas, rasgos que las diferencian de los ratones.

MIRAR LAS MUSARAÑAS

La musaraña etrusca o musarañita es cenicienta y se mueve tan deprisa entre las piedras que nuestros ojos no la atrapan. Tiene el tamaño de una cereza y el corazón ocupa lo que un grano de arroz. Las lluvias que han caído esta semana favorecen que se multiplique y, a partir de ahora, hasta seis camadas podrán salir de una sola hembra. Camadas de hasta cinco crías, tan parecidas y tan pequeñas, como cinco gotas de agua.

Se mueven estos días por los viñedos abandonados y por los azules olivares, comiendo insectos que les doblan en tamaño y en peso.

Una sola vuelta alrededor del Sol es, para la musarañita, la vida entera, y mueren en plena actividad, casi siempre de un susto de los que da el mundo.

¿Existen las musarañitas o esto es un cuento?. Todos hemos pensado en ellas, algunos las han mirado. Es hora de verlas.

Mónica Fernández-Aceytuno

Cambio 16, 26-2-1995

Fondo de artículos de la

Naturaleza de www.aceytuno.com

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