Bajando desde Salamanca, la niebla cubría densamente los puertos de…
En Montevideo, a la orilla de ese mar que es el Río de la Plata, junto a un ancla del club naútico, vi a estas aves que parecen avefrías y que se llaman teros o teru-teru por el ruido que hacen. Pero lo más asombroso
En Montevideo, a la orilla de ese mar que es el Río de la Plata, junto a un ancla del Club Naútico, vi a estas aves que parecen avefrías y que se llaman teros o teru-teru por el ruido que hacen.
Pero lo más asombroso es cuando encuentras a uno de sus pollos por la calle,(ahora están allí en el final de la primavera), con las patas larguísimas y el plumaje como si estuviera desflecado, en los tonos de la tierra. No das crédito: es el pollo como un avestruz en miniatura, caminando por el asfalto.
Después te das cuenta de que el Tero (Vanellus chilensis) está por todas partes, y cuando recorres los caminos por las estancias, en cada cuneta, hay uno o varios teros. Dicen que hay quien los domestica y los cría porque es un vigilante nato, y da la voz de alarma antes que los perros, y la nota es distinta según quien sea el que se acerque.
También en Punta del Este,muy cerca de la isla de Lobos, junto al océano, sobre el tejado de una casa blanca, había un tero posado que hacía más ruido que las olas y que el viento. Dicen que distraen con el ruido para alejar al que se acerca a los nidos que hacen al descubierto en el suelo.
A este Tero de Montevideo le hice un video en el que se aprecia en treinta segundos lo plana que es la cabeza, con su plumero al viento, los ojos rojos, el pico rosa; y ese precioso tono verde botella que tienen en la curva del ala.
Que pasen un buen día,
Mónica Fernández-Aceytuno