Cuando tienes la suerte de tener un encuentro con una maroma, lo mejor es el primer segundo, ves algo y no sabes lo que es, pero ves que es grande.

     Cristóbal Richart desde las Islas Afortunadas

Cuando tienes la suerte de tener un encuentro con una maroma, lo mejor es el primer segundo, ves algo y no sabes lo que es, pero ves que es grande.

Cristóbal Richart desde las Islas Afortunadas

Cuando tienes la suerte de tener un encuentro con una maroma, lo mejor es el primer segundo, ves algo y no sabes lo que es, pero ves que es grande. Cuando ésta se acerca, con la calma, con sus rémoras pegadas a la piel que parece cuero, le ves un pequeño ojo que te mira. Se va, vuelve, vuela por encima de tu cabeza.

Crónica de Cristóbal Richart de

BUCEO LA RESTINGA

EL HIERRO

ISLAS AFORTUNADAS

P.S. Nos hemos llevado una enorme alegría al recibir de nuevo las crónicas de Cristóbal Richart, tan valiosas, como ésta que nos acaba de enviar sobre la Maroma. No se la pierdan, aquí al lado.

Y que pasen un buen día,

Mónica Fernández-Aceytuno

HOY, EN DIARIO DE LA NATURALEZA: SE HAN IDO UN MES ANTES LAS GOLONDRINAS

Ballenas Piloto.

07 de septiembre de 2009, 12:30 horas.

Cuaderno de bitácora de Buceolarestinga.com, desde el Océano Atlántico.

Con la llegada de la buena temperatura, llegan toda una serie de animales pelágicos como tunicados, ctenóforos, etc… Todo este tipo de plancton es parte de la alimentación de lo que tenemos en la foto, una Maroma (Mobula birostris).

Éste es un pelágico que suele encontrarse en aguas tropicales. Es una animal inofensivo que puede alcanzar los 4 metros, tiene unos lóbulos en los laterales de la boca que despliega cuando come, usándolos a modo de palas que le empujan la comida a la boca.

Siendo de la familia de los tiburones, es un pez cartilaginoso, es uno de los animales preferidos por los buceadores ya que su “vuelo” es majestuoso. Cuando tienes la suerte de tener un encuentro con una maroma, lo mejor es el primer segundo, ves algo y no sabes lo que es, pero ves que es grande. Cuando ésta se acerca, con la calma, con sus rémoras pegadas a la piel que parece cuero, le ves un pequeño ojo que te mira. Se va, vuelve, vuela por encima de tu cabeza. Te quedarías ahí todo el día, pero como siempre ella decide cuándo empieza y cuándo acaba.

Se le llama “manta diablo”, porque es un animal que a veces se la ve saltar fuera del agua, se cree que para desparasitarse o quitarse a las rémoras que le hacen auténticas marcas en la piel; esto antiguamente los pescadores pensaban que al saltar te atrapaba y te llevaba para el gran azul; nada mas lejos de eso.

Me considero una persona con suerte, por poder gozar cada día de la belleza del mar y de sus secretos.

Salú.

Cristóbal Richart de Buceolarestinga.com, desde el Hierro, Islas Afortunadas

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