Estábamos el sábado a punto de bañarnos en un mar totalmente en calma, cuando apareció este delfín con nombre propio.

Estábamos el sábado a punto de bañarnos en un mar totalmente en calma, cuando apareció este delfín con nombre propio.

Estábamos el sábado a punto de bañarnos en un mar totalmente en calma, cuando apareció este delfín con nombre propio.

Siempre que un animal recibe un nombre, se diría que pierde un algo, como si el anonimato fuera requisito imprescindible para ser verdadera Naturaleza.

Estuvo el delfin jugando un buen rato, ya con la escalera, ya con la cadena del ancla, reclamando nuestra atención como si en el mar le faltara algo.

Mientras se alejaba o nadaba hacia nosotros, sumergido, dejaba las ondas de unos círculos sobre el mar, como hechas por una piedra que estuviera saltando por el agua.

Mientras tanto, ni siquiera se el nombre científico de unas flores amarillas que están avanzando ahora por los sembrados, pero en cuanto las vi ayer por la mañana, me di cuenta de que es esa la escasa Naturaleza espontánea, ¿aún estás ahí?, que yo quiero.

Feliz día,

Mónica Fernández-Aceytuno

P.S. La autora de la fotografía es Paz Ondina, a la que agradecemos el envío.

Por otro lado, Luis nos escribe manifestando su disconformidad con el NUEVO DISEÑO de este portal.

Siguiente Post:
Post anterior: VEA AHORA AQUÍ EL VIDEO DE LA MARMOTA ALPINA por cortesía del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido donde se escucha la voz de la marmota, que a mi me ha recordado,
Este artículo lo ha escrito

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.