“La encina  que ven en la fotografía se encuentra en la finca de El Rañal, una de las maravillosas dehesas bien conservadas del Sur, en la localidad de Fregenal de la Sierra. Se trata posiblemente de la encina más grande de la provincia de Badaj

“La encina que ven en la fotografía se encuentra en la finca de El Rañal, una de las maravillosas dehesas bien conservadas del Sur, en la localidad de Fregenal de la Sierra. Se trata posiblemente de la encina más grande de la provincia de Badaj

“Las podas típicas de las encinas realizadas a este ejemplar durante los últimos cinco siglos de vida, han hecho que presente una estructura excesivamente abierta.” Crónica de Juan Carlos Delgado Expósito.

LA REINA DE LA DEHESA

La encina que ven en la fotografía se encuentra en la finca de El Rañal, una de las maravillosas dehesas bien conservadas del Sur, en la localidad de Fregenal de la Sierra. Se trata posiblemente de la encina más grande de la provincia de Badajoz. Su altura es de unos catorce metros, su perímetro en la base es de algo más de cinco metros y su edad se estima al menos en los quinientos años.

El árbol presenta un tronco bajo, macizo, aunque hacia el Este se observan podredumbres y ataques de insectos xilófagos muy importantes, que sería urgente controlar, pues la estabilidad del árbol puede estar resintiéndose. Las podas típicas de las encinas realizadas a este ejemplar durante los últimos cinco siglos de vida, han hecho que presente una estructura excesivamente abierta, lo que está comprometiendo su estabilidad aérea, tanto es así que a principios de los años noventa del siglo veinte una gran rama con orientación Este, se desgarró, produciendo una gran herida, por la que están entrando agentes externos que están afectando parte del árbol. Así mismo durante la gran nevada ocurrida en la localidad durante el año 2006, otra gran rama con dirección Noreste se desplomó, abriendo otra herida.

La bellota de esta centenaria encina, es relativamente grande y germina bien. Como datos curiosos decir que según el dueño de la finca Obdulio Rodríguez Armijo, a esta encina se le han llegado a recolectar hasta treinta costales de bellotas en años buenos. Si tenemos en cuenta que un costal está entorno a los sesenta o setenta kilos de peso, imagínese el lector cuantos kilos de bellota puede ofrecer esta soberbia encina.

Ojalá esta maravilla de la arquitectura natural, aguante otros quinientos años, aunque sinceramente su salud es bastante delicada, pero por el momento seguiremos disfrutando de esta reina de la dehesa, que tanta lluvia y tanta sequía ha visto pasar delante de su tronco y de sus ramas, en esta bella tierra.

Juan Carlos Delgado Expósito

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