Gaviota reidora

Gaviota reidora

Ayer hizo un día precioso en la ría, donde siempre observamos algo nuevo, como ayer, un banco de pececillos que me parecieron parrochas nadando muy cerca de la superficie.

Brillaba el agua como si tuviera una nube de soles flotando.

Porque brillaba todo: el sol al rebotar sobre las ondas que hacían al asomarse, y también la luz sobre el propio cuerpo del pececillo de escamas irisadas, además de los ojos, un poco rojos, al asomarse.

Pero lo más impresionante era el ruido, como de pequeña ola a la deriva, cada vez que el banco de peces, cambiaba de dirección, al pasar la sombra de una de las gaviotas reidoras que, con su cabeza chocolate típica del plumaje de verano, sobrevolaban el banco en círculos cada vez más cerca de la superficie para luego, tras amerizar, pescar los pececillos de cabeza.

La tarde, el brillo del agua, el sonido de pequeña ola, las gaviotas reidoras volando…una de esas maravillas del mar en verano.

En mi cuenta de Instagram @aceytunofotos colgué ayer un pequeño video del movimiento de estos peces por el agua.

Un fuerte abrazo para todos,

Mónica

La costa gallega es tan hermosa que al mirarla se tiene miedo de que pase el tiempo. Es amplia, limpia y abierta. Libre, como era la libertad antes de que nadie la nombrara.

Tiene unos acantilados por los que descienden árboles que deberían estar encaramados a los montes, y lo mismo se oye en el mar un ruiseñor que el chirrido de los charranes.

Las playas poseen el blanco nacarado del interior de una caracola y el agua está fría, a veces helada, pero al salir nos llevamos su sal, su yodo, su claridad, su modo de brillar en mil centellas con el sol de la tarde.

La cabeza de la reidora en verano es marrón chocolate, como los ojos, rodeados de un llamativo anillo orbicular blanco / Aceytuno

La cabeza de la reidora en verano es marrón chocolate, como los ojos, rodeados de un llamativo anillo orbicular blanco / Aceytuno

Gaviota reidora en vuelo, ayer por la tarde. Me encanta el color gris dela punta de las alas / Aceytuno

Gaviota reidora en vuelo, ayer por la tarde. Me encanta el color gris dela punta de las alas / Aceytuno

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Como joyas parecían estos pececillos flotando en el agua, con los ojos un poco rojizos al asomar la cabeza y que me parecieron parrochas, una sardina pequeña. El agua brillaba como una nube de soles por el agua con ellas / Aceytuno

Como joyas parecían estos pececillos flotando en el agua, con los ojos un poco rojizos al asomar la cabeza y que me parecieron parrochas, una sardina pequeña. El agua brillaba como una nube de soles por el agua con ellas / Aceytuno

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Cardumen sumergido / Aceytuno

Cardumen sumergido / Aceytuno

Los árboles llegan hasta la orilla de la ría como si no supieran muy cuál es su papel si de costa marinera o de monte / Aceytuno

Los árboles llegan hasta la orilla de la ría como si no supieran cuál es su papel si de costa marinera o de monte / Aceytuno

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Hay 2 comentarios para este artículo
  1. José F. Álvarez en 1:07 pm

    “… Libre, como era la libertad antes de que nadie la nombrara.”
    ¿Cómo podría comunicar ideas y sentimientos sin recortar, sin encerrar su significado en la palabra?
    Solo usted y Agustín García Calvo han sido capaces de nombrar la libertad sin recluirla en los límites del vocabulario.
    Siempre que puedo leo sus escritos.
    Gracias por escribir y un saludo cordial.

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