FRÍO

PÁJARO DEL FRÍO

Por el vaho que se acumula durante la noche en el cristal, adivino sin levantarme el frío que hace afuera. Y desde afuera saben si me he levantado, al notar que he limpiado el cristal a la altura de los ojos, para ver cómo amanece el día.

Si olvidamos la niebla y la lluvia y las nubes, casi siempre veo lo mismo. Quizás algo más rojos los robles, más dorados los castaños, menos hojas en las mimbreras. De pronto, un pájaro que es un regalo para la vista. Azul, verde y amarillo. Es como si me tocara, sin jugar jamás, la lotería. Desde Cantabria, Vicente Camús dice que están entrando por una mar rizada, con este viento clavado del norte, cientos de petirrojos, bandadas de ánsares y lavanderas, aves que conozco y que suelen estar rondando la casa, pero no este pájaro azul, verde y amarillo que pertenece al grupo de los paros, que es un vernáculo muy antiguo y que designa varias especies de pájaros pequeños, algunos coloreados de esta manera como los carboneros y los herrerillos.

Buscando algo para comer, se acercan en solitario a las casas de campo en los días claros en los que hace mucho frío. Alguno ha llegado a robar la masilla de las ventanas. A mí me roba cuando se marcha. O cuando me despierto, hace frío, y no está.

Mónica Fernández-Aceytuno

ABC, Lunes 15-11-2004

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