El mar, tranquilo, se revuelve y de su tranquilidad salen…
Dunas
¡Cuánto se parecen, movidos por el viento, el oleaje y las dunas!
Todavía no me he marchado, aunque mentalmente estoy ya lejos.
Sigo cerrando cosas, dejando el diccionario de la Naturaleza preparado para los cambios a los que espero vayáis asistiendo a lo largo del año que acaba de comenzar, y que me tienen muy emocionada porque supondrá, creo, una dimensión nueva para esta tarea que hasta ahora íbamos realizando poco a poco.
Cada término, me quedaría con él un año, de lo que me gusta no sólo definirlo, sino ir incorporando, como ya se hiciera en el “Diccionario de Autoridades”, ejemplos.
En nuestro caso ejemplos de cómo se refirió alguien, o yo en algún artículo ya publicado, a él.
Palabras que, como los granos de arena de la duna, están siempre en movimiento pero sin perder la forma de media luna.
Un abrazo para todos,
Mónica
duna.
f. Montaña móvil de arena con planta en forma de media luna y con lomas y laderas que se desplazan con el viento hasta que se estabilizan por la vegetación dunar y se detienen dando lugar a una duna fija.
La playa de San Jorge es una de esas playas donde hay que ir con un pañuelo en la cabeza para que los dedos del viento, siempre algo torpes, no te enreden el pelo. Hacía esta semana un fortísimo viento del norte que entraba por el mar, y peinaba también la arena, que corría hacia las dunas con sus rapidísimos e infinitos pies de granos blancos. Las dunas estaban todas florecidas, de nombres que en su mayoría desconozco, es tal aquí la variedad de flores…malvas, blancas, algunas verdosas y llenas de un líquido pringoso como la lechetrezna, y había también cardos marinos de esos que la gente robaba y casi diezma tan sólo porque predicen el tiempo según la posición de sus brácteas. Daban estas dunas para un herbario. Desde el restaurante Claudina se ve toda la playa, que es tan hermosa y tan perfecta, con su horizonte en el mar, y su otro horizonte de montes verdes dando casi toda la vuelta, con el cabo Prior al fondo, y la primera línea de playa tan despejada como la última. Es difícil ver hoy en día una playa como ésta. De ella me habló Gonzalo Torrente Ballester hace ya muchos años y sus palabras se me quedaron grabadas, literalmente grabadas pues las tengo en una cinta, diciendo que esta playa y la Doniños eran “una playas preciosas”. Mientras tomábamos la especialidad de la casa en Claudina, que son unas zamburiñas con pimentón y pimiento, mirábamos desde lo alto de la playa, que parecía desierta, hasta que nos dimos cuenta de que la gente estaba escondida en las hondonadas que hacían las dunas y de allí salía de vez en cuando un niño, y la madre tras el niño.Es la playa más hermosa que he visto en mi vida.
Nunca creí que llegaría a mirar, estando yo ya entrada en años, la playa en la que jugaba de niño Torrente Ballester, y que, como si el tiempo no pasara y los granos blancos de arena estuvieran detenidos, se nos hubiera dado al menos aquí el privilegio de ver lo mismo.
Mónica Fernández-Aceytuno
ABC, 9-7-2005
Aceytuno.com
¡Cuánto se parecen, movidas por el viento, las olas y las dunas!
Mónica Fernández-Aceytuno
Aceytuno.com, 12-1-2016