CIGALAS

ACTUALIDAD NATURAL

MÓNICA FERNÁNDEZ-ACEYTUNO

ABC, Lunes 1-5-2000

LA MADRIGUERA DE LAS CIGALAS

Viven las cigalas en unas madrigueras de arena con un hueco de salida y otro de entrada. A veces, están sus refugios tan juntos y tan ramificados, que por dentro parecen túneles de topo y, por fuera, un paisaje lunar de cráteres a ochenta metros bajo la superficie, el sol y el aire.

El viernes pasado, con el mar bravo, Manuel Perelló salió a bordo del Sort de Taranet a las seis de la mañana y echó las redes de arrastre a la cigala. A partir de estos días, se capturan menos hembras porque la hembra, para reproducirse, tiene primero que mudar y, más tarde, tras fecundar los huevos, quedarse a resguardo en su madriguera mientras las redes barren sólo a los machos, a las bacaladillas, y a la arena. La vida de los juveniles es un misterio: se cree que excavan su propia cueva y que permanecen en ella sin salir dos o tres años. Y es un milagro la presencia de la cigala -Nephrops norvegicus – en el Mediterráneo, una reliquia marina que consiguió refugiarse en los fondos cuando este mar cambió tras ser más frío, y menos salado que ahora.

Pero, ni en el fondo más oscuro, ni en la luna nueva bajo el agua, consigue la vida eludir a la primavera hundiendo sus minutos de luz en cada célula, en cada caracola, en cada madriguera de cigalas.

****

Siguiente Post:
Post anterior:
Este artículo lo ha escrito