Me dio la impresión de que se veían más aves, aunque hizo un día de mucho calor: abubillas, cogujadas picoteando en el rastrojo, tarabillas, mosquiteros, estorninos, verderones, un mochuelo que escuché al atardecer, garcillas que volaban hacia su dor
La catalpa
El árbol, la catalpa, está un poco desmejorada por las obras que hicieron a su alrededor el año pasado, pero me alegra ver que aún da estos frutos en legumbre más largos que un antebrazo, y cuyas semillas son las primeras que planté en la vida, en el alféizar de esta ventana de la casa de mis padres.
Todavía me asombra que con un poco de luz, agua y tierra, una semilla de un árbol.
Mónica Fernández-Aceytuno