Me llevé una grata sorpresa la última vez que fui a la farmacia habitual de mi barrio, porque habían adornado la entrada con macetas de flores de un colorido atractivo.
José Manuel
José Manuel
18:59
Yo tenía unos jardineros a los que para ser perfectos sólo les faltaba ser enterradores.
Sigue AQUÍ donde hablo de la tarabilla que estaba hace un momento, a falta de sol, sobre el cable de la luz.
Feliz tarde,
Mónica Fernández-Aceytuno
P.S. No se pierdan la carta de hoy de Jerónimo, en el TABLÓN DE LOS LECTORES, donde nos habla de la paloma torcaz y de cómo una vez vió a una cigüeña llevando en vuelo una sábana.
Yo tenía unos jardineros a los que para ser perfectos sólo les faltaba ser enterradores.