Hay plantas de jardinería que tienen la virtud de comunicar algo al que las visita. Es lo que ocurre con los áloes arborescentes, como el de la fotografía.
José Manuel
José Manuel
Y escribe el lector:
“Estuve en Galicia el primer fin de semana de mayo. Estaba preciosa. Visité la casa que mi abuelo edificó hace más de cien años y donde pasé los días más felices de mi niñez.
Me vino a la memoria el verso de Gabriel Ferrater (Erem/ el record que tenim ara) y me entró la morriña, esa especie de alegría en la tristeza o de tristeza en la alegría. No sé.
De las muchas fotos que hice he seleccionado la que reflejaba mejor mi estado de ánimo: los pétalos de camelia del árbol que planté hace 60 años caen sobre la bañera de piedra de mis abuelos reconvertida en maceta. Puro romanticismo decadente.”
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