PODAS DEL VIENTO

ACTUALIDAD NATURAL

MÓNICA FERNÁNDEZ-ACEYTUNO

ABC, Lunes 31-10-2005

PODAS DEL VIENTO

Aunque sin la precisión de un serrucho o unas tijeras, el viento corta las ramas de los árboles cuando sopla a más de setenta kilómetros por hora.

Estas podas que hace el viento son más sanas para la madera que las que suceden poco a poco, cuando el árbol crece tanto que algunas ramas quedan sombreadas y al no poder crecer hacia fuera, crecen hacia adentro, y atraviesa la frustrada rama una buena parte del diámetro del tronco y entonces los tablones salen llenos de nudos, de nudos muertos, que pueden llegar a caerse con el tiempo y dejar agujereada, como una carcoma gigante, la madera. Empero hay otros nudos mejores, los nudos vivos, que son los que quedarán tras el paso del viento que, al podar las ramas más débiles, detendrá en seco su crecimiento y en los tablones solo aparecerán nudos en la zona más próxima a la corteza, nudos claros, traslúcidos.

El maestro carpintero Luis Boado cuenta que, de pequeño, cerraba las contras de su casa y entraba en la oscuridad de su habitación la luz por los nudos, por esos círculos más claros que eran las cicatrices de las ramas cortadas por el paso del viento.

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