REBECOS

EL TERCER SEXO

Puede que no haya animal en nuestra fauna que tenga más nombres que el sarrio, debido tal vez al aislamiento en el que vive por las montañas, donde los nombres no vuelan como los nombres de los pájaros por los valles.

Y así, según el sistema montañoso, se llama sarrio o gamuza o rebeco, a esta cabra de las rocas. También tiene el sarrio varios sexos, si bien no es fácil distinguirlos, porque todos se parecen, aunque en estos días se nota cuáles son los machos más jóvenes pues presentan el peor aspecto tras el celo, apelmazado el oscuro pelaje de invierno, delgado su cuerpo, tumbados casi todo el día entre los bosques de pino albar y pino negro, y algún hayedo malva que los protege de los aludes. Además de las hembras, también hay que considerar lo que se podría llamar el tercer sexo, es decir, sarrios hembra con unos cuernos tan robustos como los de un macho y que por ser estériles, se llaman machorras.

Asegura Ramón de Camps que al principio siguen a los rebaños y después se quedan solas porque las hembras defienden en primavera a sus cabritos de las águilas y también, por instinto, no cuentan con las machorras para su cuidado.

Mónica Fernández-Aceytuno

ABC, 7-3-2005

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