MUÑOZ ROJAS

A MUÑOZ ROJAS

Por fin lo he encontrado, “Las cosas del campo”, el libro que estaba buscando y ni siquiera había perdido.

Herbert Spencer, Darwin, se hubieran equivocado de haber aplicado sus teorías a la Literatura, porque no sobrevive el libro másfuerte, sino el mejor escrito, y que a veces tiene una apariencia débil, temblorosa,como de hoja de álamo,al que ni siquiera sostiene un buen lomo, unas tapas duras, pero que sale a flote una vez y otra entre la corriente, como el corcho que un niño ensarta en el sedal de una caña de río improvisada. “Las cosas del campo”, parece escrito en voz baja. Parece. Porque cuántas veces no habrá recomendado su lectura Alfonso Ussía; cuántas me dijeron, casi a gritos, pero ¿no has leído aún “Las cosas del campo”?, y ahora por fin, puedo decir: sí, he leído a Muñoz Rojas. Habla de una tierra que desconozco pero que me suena de toda la vida, puede que también me suene después de ella.

Las puertas del campo,llegan los abejarucos, las yerbas ignoradas, la matalahúga, qué maravilla, señor Muñoz Rojas, qué maravilla. Estoy pasando con su libro el mejor verano de mi vida.

Mónica Fernández-Aceytuno

ABC, Lunes 5-8-2002

www.aceytuno.com

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