MENORCA

ACTUALIDAD NATURAL

MÓNICA FERNÁNDEZ-ACEYTUNO

ABC, Lunes 18-3-2000

REGRESO AL MAR

Está el agua tan clara en Menorca, que se podría bucear desde el cielo. Ayer por la tarde tenía el agua veinte grados y, desde el aire, los bancos de arena blanca, parecían turquesas.

Las manchas más oscuras que se pueden ver desde el cielo, son praderas verdes de posidonia, esa planta que tiene raíz y tallo y flores pero que, en la playa, la gente se empeña en llamar algas cuando, desarraigada, llega a las orillas y sus hojas, que son cintas meciéndose bajo el agua como si acunaran a un niño, son ahora cintas negras que, a falta de movimiento propio, se pegan a las piernas cuando sales del agua. Justo al lado, en la arena, se ven unos ovillos pardos que son también sus hojas, tras jugar el mar con ellas, y una especie de brochas de afeitar, que son sus tallos rotos y secos. La Posidonia oceanica es una de esas raras plantas que volvió al mar tras conquistar la tierra, tal vez para no sufrir el paso del tiempo, que en el aire corre como un pájaro que huyera.

Bajo el agua, no sé qué le pasa a las horas mientras se miran las posidonias y esos destellos plateados de las salpas comiendo entre sus hojas: sales creyendo que llevas a remojo sólo un rato y, al mirar la palma de la mano, ves, ya en el aire, la arena blanca otra vez turquesa, y unos surcos que dejó el paso del tiempo en los dedos.

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