La lluvia se hizo esperar pero por fin llegó. Está cayendo mansamente, vistiendo los campos de un precioso color verde.

Joaquín

La lluvia se hizo esperar pero por fin llegó. Está cayendo mansamente, vistiendo los campos de un precioso color verde.

Joaquín

La lluvia se hizo esperar pero por fin llegó. Está cayendo mansamente, vistiendo los campos de un precioso color verde. En las dehesas ya puede comer el ganado. Llama la atención que las ortigas hayan crecido más deprisa que las demás hierbas. No es una casualidad. Las ovejas sestean en el verano a la sombra de las encinas y, con este majadeo, enriquecen estos rodales en materia orgánica, convirtiéndolos en el hábitat ideal para las ortigas.

Aunque por su acción irritante no tienen muy buena prensa la verdad es que tanto las partes verdes como las raíces de las ortigas se han utilizado, y se siguen utilizando, para curar una multitud de enfermedades. Son una panacea.

Un abrazo. Joaquín

P.s.: Me he llevado una gran alegría al enterarme que a partir de marzo vuelves a publicar tus artículos a diario en ABC. Enhorabuena. Vale. J.-

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