En mi paseo diario por la ciudad me encontré en el Parque Viejo de la ciudad con que uno de los Agaves había florecido.
José M. Guerra Sanz
José M. Guerra Sanz
No os lo creeréis pero lo que más me ha gustado de mi visita a El Escorial, ha sido volver a ver cuervos.
¡Cuánto los echo de menos en la ciudad! En mi casa hay un grupo que para mí es como si fueran de la familia, acostumbrada a como estoy a verlos de un campo a otro, o con sus graznidos tan familiares para mí y que he aprendido a distinguir, de tanto oírlos, casi qué se están diciendo.
Cuando estaba fotografiando a éste mientras utilizaba como herramienta la piedra que lleva en el pico para romper algo, quizás algún fruto, que había puesto en el muro, de pronto se oyó un graznido y dije en voz alta: “Vaya, le han avisado de que le estoy fotografiando”, y al rato emprendió el vuelo.
Un señor que me oyó hablar yo sola, se rió al ver que tenía razón y que el cuervo se marchaba mientras desde lo alto del cedro, algún congénere seguía graznando.
Me encantan los cuervos, los señores del campo.
Mónica Fernández-Aceytuno
Mónica Fernández-Aceytuno