Es asombroso cómo se quedan inmóviles camuflados sobre el terreno, hasta el punto que hace algunos años conseguí fotografiar a una pequeña liebre que se encontraba al pie de una encina, tocándola incluso con la mano.

Ninguno de los templos del valle de Agrigento, te dejan más asombrado que esta escala, escalera blanca, precipicio hacia el cielo.
Mónica Fernández-Aceytuno
Ninguno de los templos del valle de Agrigento, te dejan más asombrado que esta escala, escalera blanca, precipicio hacia el cielo.
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Gracias por participar en este lugar de la Naturaleza,
Mónica Fernández-Aceytuno
Mónica Fernández-Aceytuno