ESCARABAJO BUCEADOR

EL ESCARABAJO BUCEADOR

Bajo el agua de la piscina parece, posado en vertical, el escalador de un precipicio.

Llama la atención su tamaño, aumentado por la lupa que es el agua limpia de la piscina, hasta que se cae en la cuenta de que se trata de un escarabajo buceador, también llamado ditisco, Dytiscus marginalis, más grande que una rana pequeña. Tiene este escarabajo una particular mirada sobre el mundo, del que solo parece ver los destellos del agua tranquila. Hacia ellos levanta el vuelo como un pájaro, en solitario, nunca en enjambres, y casi siempre en plena noche para dispersarse por esos lugares donde brilla a oscuras el agua, que es lo único que le interesa de la Tierra: una charca, una marisma, un nuevo estanque en la ciudad, o el agua poco clorada de una piscina. Recién instalado suele posarse en las paredes, a medio metro de la superficie, que rompe como un cristal unas siete veces en una hora, para aprovisionarse del aire que almacena bajo los élitros mientras bucea.

Estas noches, suele caer en esas trampas que son las farolas quizás porque la luz de una farola vista a oscuras desde arriba, desprende el mismo brillo que una poza junto a la tierra opaca.

Mónica Fernández-Aceytuno

ABC, 23-6-2003

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