COLLALBA GRIS

ACTUALIDAD NATURAL

MÓNICA FERNÁNDEZ-ACEYTUNO

ABC, Lunes 5-3-2001

EL MIRAR DE LA COLLALBA GRIS

Como si los caminos del aire no estuvieran salpicados con tanta lluvia, acaba de tocar tierra envuelta por esos velos invisibles que son los vientos del sureste, la collalba gris, cuya temprana cita ha sido realizada en Menorca por Oscar García, del Grupo Ornitológico Balear.

Traen estos pájaros de paso el plumaje tan desgastado que es ahora cuando se distingue cúal collalba es macho y cúal joven y cúal hembra. Todos son igual de pequeños como un gorrión y cenicientos como las piedras; pero sólo el macho tiene ahora descubierto un antifaz negro que perderá al regreso, otra vez de paso, tras el cambio de plumas. Algunas collalbas grises llegan hasta Groenlandia. Y vuelan sobre el mar un día, y dos días, queriendo tierra. Según Antonio Escandell, ornitólogo, al contrario que otros pájaros que rehúyen la mirada, la collalba gris mira a los ojos y te vigila escondida entre las piedras.

Pon tus ojos en la collalba gris y verás que ya te estaba mirando. Te mira y se va, no se va hasta que te mira; y cuando emprende el vuelo ya no falta sólo un pájaro, un gris, un canto, sino un algo del mirar que se ha ido volando en los ojos de la collalba para atravesar mares y mesetas y océanos hasta que tu mirada, que ya no es tuya, se arropa entre otras piedras que no verás jamás, antiguas como el mundo.

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