Hongos en forma de estrella que se abren con los días de sol, para dispersar las esporas, y se cierran con la lluvia.
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El hermoso acebo de la puerta de mi casa, en San Millán,lleva varios años,floreciendo demasiado pronto.
Maria Luisa.
AUTORA DE LA FOTO: Pilar: Acebo en la ciudad.
Y cuando vuelen las carracas en primavera por las dehesas con los colores de África en las plumas, me acordaré de esta ala de Durero, donde la Naturaleza adquirió un valor incalculable, al atravesar el alma y la mano de una persona.
Mónica
Segaron ayer el cereal de al lado y esta mañana ya había un ratonero sobrevolando el campo, ante la tierra abierta como un libro, pasada la página ya del grano.
Mónica Fernández-Aceytuno