Recogí el ancla con prisa, y lentamente, al ralentí, me acerque al pez...si, si, al pez, la aleta no era de ningún cetáceo sino de un tiburón peregrino, un pez enorme, de algo más de 5 metros, algo mayor que la propia embarcación.
Al lado de un pino piñonero estaban estas setas que me recuerdan a las lepiotas.
Mónica Fernández-Aceytuno
Al lado de un pino piñonero estaban estas setas que me recuerdan a las lepiotas.
Si ya con casi todas las especies tengo dudas, más aún cuando se trata de hongos, así que agradeceré muchísimo vuestros comentarios.
Buena tarde de domingo y hasta mañana,
Mónica
Mónica Fernández-Aceytuno