EL BÚHO QUE RESPONDE

EL BÚHO QUE RESPONDE

El autillo es el más pequeño de nuestros búhos: pesa cien gramos y tiene el tamaño de un mirlo.

Aunque es abundante, resulta difícil verlo porque tiene el plumaje grisáceo y vermiculado, igual que los troncos de algunos árboles. Al autillo se le ve por su canto. Llama en la noche el macho a la hembra cuando empieza a hacer calor y su llamada es como el canto del grillo o del sapo partero, dulce, tierna y melancólica, igual que las noches de verano. En las aldeas, se oye al autillo entre el ir y el venir de los tractores, que estos días trabajan también de noche, porque no dan abasto para segar la hierba que se queda, a su paso, como un mar verdoso detenido. Entremedias, se oye a la curuja, que es el autillo y dicen: “Cuando canta la curuja ni manta ni mantuja”. Francisco Bernis señala que “en Madrid abunda en verano, viéndose en los árboles de los paseos de la capital” y que es observación comprobada en tertulia nocturna por el Paseo de la Castellana.

Triste y dulcemente, sobre el tráfago de los coches, el autillo responde a quien le llama, si ha logrado imitar su canto.

Mónica Fernández-Aceytuno

ABC, 8-5-2006

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