9:48 del Lunes 5 de Enero de 2008 

Nunca había pisado una arena helada, donde las huellas que ya había, no las deshiciera el viento, y las nuevas, no se marcaran.

9:48 del Lunes 5 de Enero de 2008

Nunca había pisado una arena helada, donde las huellas que ya había, no las deshiciera el viento, y las nuevas, no se marcaran.

9:49 Era hace dos días la arena del lago Michigan, como una roca, igual que al principio, antes de ser arena.

Y era la arena que estaba más cerca del lago la que había tomado esta nueva condición de piedra, por estar más empapada del agua del lago, inmenso como un mar, sobre el que flotaba el hielo.

Igual que el cemento antes de secarse donde quedan para siempre las huellas de los gatos, como en la casa en Key West de Hemingway, así estaba el otro día la orilla del Michigan, con sus huellas petrificadas, porque ni siquiera a mediodía, las temperaturas alcanzan los cero grados.

Pasé y paseé por allí como si no hubiera pasado.

Pisé la arena sin dejar mis huellas, ligera como una pluma, o un fantasma.

Feliz día y hasta mañana,

Mónica Fernández-Aceytuno

P.S. En el TABLÓN DE LOS LECTORES, se podrá leer dentro de unos minutos otra interesantísima carta sobre las agallas de los robles, y su empleo en el curtido de pieles. GRACIAS.

Por cierto, el DRAE define agalla como:

agalla.

(Del lat. galla).

1. f. Excrecencia redonda que se forma en el roble, alcornoque y otros árboles y arbustos por la picadura de ciertos insectos e infecciones por microorganismos.

¿Podríamos mejorar esta definición para nuestro DICCIONARIO DE LA NATURALEZA? Se admiten sugerencias.

Mañana daré la mía.

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