Los niños estaban empeñados en que era un colibrí y la verdad es que en muchas de las fotos que hice parece uno de estos pájaros a no ser por las antenas.

                  Crónica de Pilar López

Los niños estaban empeñados en que era un colibrí y la verdad es que en muchas de las fotos que hice parece uno de estos pájaros a no ser por las antenas.

Crónica de Pilar López

Los niños estaban empeñados en que era un colibrí y la verdad es que en muchas de las fotos que hice parece uno de estos pájaros a no ser por las antenas.

Crónica de Pilar López

VEA AQUÍ LA FOTO DE LA ESFINGE COLIBRI EN VUELO COMO UN PÁJARO

LA ESFINGE COLIBRÍ

En tierras de Portugal, la cercanía del Atlántico suaviza el clima y hace que todo esté más verde, como si todavía fuera primavera.

Siguiendo el curso del río Tajo (el Tejo en portugués) desde que abandona las tierras extremeñas hasta que se adentra en Portugal buscando el mar, las riberas arboladas de fresnos, chopos y alisos albergan gran variedad de fauna. Las garzas reales, los azulones y los pajarillos que frecuentan el agua, como las lavanderas, son fáciles de ver durante el recorrido.

Las fortalezas que en la antigüedad fueron levantadas para defender el paso del río en las distintas épocas de la historia (desde los romanos hasta los caballeros de la orden de Cristo), son habitadas por el colirrojo tizón.

En la ciudad de Tomar, donde tenían su sede los caballeros de la orden de Cristo en un impresionante convento que era fortaleza a la vez, los cuidados parques y jardines se extienden a ambos lados del río Nabao.

En uno de los jardines que rodeaban la fortaleza, había un macizo lleno de grandes margaritas de todos los colores, donde multitud de mariposas revoloteaban al sol de mediodía. Entre ellas libaba de flor en flor un insecto de lo más curioso: una esfinge colibrí (Macroglossum stellatarum).

Los niños estaban empeñados en que era un colibrí y la verdad es que en muchas de las fotos que hice parece uno de estos pájaros a no ser por las antenas. Tuve que insistir en que se trataba de un insecto, una especie de mariposa, aunque me costó un poco convencerlos.

Tomar está casi a la misma altura que la ciudad de Cáceres, pero mientras el entorno de esta última está completamente agostado en estos momentos, el entorno de la ciudad portuguesa conserva una vegetación tan abundante que invita a perderse por estas tierras del interior de Portugal buscando el frescor de un verano que aún ha de traer muchos calores.

Un cordial saludo.

Pilar López.

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