Me avivó ayer la mirada, mientras daba un paseo a última hora de la tarde, cuando se fue, con el sol, la lluvia.

Mónica Fernández-Aceytuno

Me avivó ayer la mirada, mientras daba un paseo a última hora de la tarde, cuando se fue, con el sol, la lluvia.

Mónica Fernández-Aceytuno

De las semillas que cayeron este verano han nacido estos gordolobos, mucho más pequeños que los que les precedieron, como si la luz fuera un alimento que les faltara.

Sin embargo, al haber ahora menos flores, son estos los que me llaman la atención, más aún que los que adquieron durante el verano la altura de una persona.

Unos y otros, leí hace tiempo, se usaban como mechas para encender el fuego.

Me avivó ayer la mirada, mientras daba un paseo a última hora de la tarde, cuando se fue, con el sol, la lluvia.

¡Qué maravilla es tener el campo a la puerta de la casa!

Buen día,

Mónica

FOTO: Gordolobo (Verbascum sp.) el 24-10-2013

AUTORA: Aceytuno

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Miro las cunetas. Están llenas de flores. En Cáceres ha florecido el gordolobo, la hierba luminaria del Medievo con cuyo escapo floral se caldeaban los hornos de las panaderías, o se untaban con aceite, o con pez, y servían de mecha para los candiles…leer más del Fondo de Artículos EL ETERNO ANHELO

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Al gordolobo se le llama también verbasco, derivado de su nombre científico. En algunas localidades de Cáceres, Juan Carlos Delgado Expósito ha leído ordenanzas que prohibían “embarbascar los charcos”, porque con los verbascos se podía atontar a los peces antes de pescarlos.

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