Linneo lo bautizó como Aesculus hippocastanum, castaño del caballo, haciendo referencia a la leyenda que aseguraba que los turcos alimentaban con sus frutos a los caballos viejos.
Joaquín
Linneo lo bautizó como Aesculus hippocastanum, castaño del caballo, haciendo referencia a la leyenda que aseguraba que los turcos alimentaban con sus frutos a los caballos viejos.
Joaquín
Joaquín