Ventanas

Ventanas

Sale el sol entre la lluvia en estos momentos en la ciudad de Madrid, donde me encuentro ahora mismo.

Este fin de semana, fotografiando un campanario de noche iluminado de tal manera que parecía que las campanas estuvieran tocando (puede que la luz sea un sonido), encontré en la tarjeta de mi máquina las fotografías de un caracol en la ventana de mi casa, de esos que salen cuando cae la lluvia y que tanto le gustaban al malacólogo Adolfo Ortíz de Zárate López.

Después me he dado cuenta de que he visto muchísimas cosas no sólo por las ventanas de mi casa, sino sobre el alféizar o las contraventanas, además de todo lo que ha entrado a lo largo de los años, desde ciervos volantes, esos escarabajos de los robles, a pollos de pájaros, y hasta un lirón que pasó el invierno durmiendo en la despensa, mientras yo no estaba.

Que a una casa le entra la Naturaleza por sus ventantas.

Saludos y ¡muchas gracias por vuestros comentarios!,

Mónica

Pollo de petirrojo que entró por la ventana de la galería sobre un radiador/ Aceytuno

Pollo de petirrojo que entró por la ventana de la galería sobre un radiador/ Aceytuno

Caracol sobre el alféizar / Aceytuno

Caracol sobre el alféizar / Aceytuno

Hortensias desde la cocina / Aceytuno

Hortensias desde la cocina / Aceytuno

Otoño del castaño en la ventana / Aceytuno

Otoño del castaño en la ventana / Aceytuno

Biston betularis del abedul sobre la madera blanca de la ventana / Aceytuno

Biston betularis del abedul sobre la madera blanca de la ventana / Aceytuno

Bucéfalo o pájaro luna sobre el alféizar, mariposa que parece un diminuto tronco de leña / Aceytuno

Bucéfalo o pájaro luna sobre el alféizar, mariposa que parece un diminuto tronco de leña / Aceytuno

Lirón careto hibernando en la despensa /Aceytuno

Lirón careto hibernando en la despensa /Aceytuno

Campanario iluminado / Aceytuno

Campanario de Madrid iluminado / Aceytuno

Otoño desde la galería / Aceytuno

Otoño desde la galería / Aceytuno

No hay otra forma de amar a la Naturaleza entera que desde el lugar que nos ha tocado en suerte, dando sólo la vuelta alrededor de lo que vemos, un poco de calle, un árbol, un pájaro que se posa en un rama.

Y, desde ahí, amar a toda la Naturaleza que no vemos ni veremos jamás, que existió y que ya no existe, que existirá cuando no existamos.

Amarla por siempre y para siempre en la imaginación, donde nada muere.

Mónica Fernández-Aceytuno

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Hay 3 comentarios para este artículo
  1. Ernesto Herrera en 8:20 am

    Tienes el privilegio de tener una parte hermosísima de naturaleza delante de casa, ¡Que maravilla de jardín!, enhorabuena y gracias por tu página, para mi , y para muchos más seguro, es la ventana por la que entra la belleza de la naturaleza que tan bien diseccionas en nuestros ordenadores y móviles. Un saludo.

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