Membrillos

Membrillos

Ayer fue un día que empezó de noche.

Me levanté muy temprano para escribir un artículo para republica.com antes de tomar el avión que me llevaría a Coruña para una interesantísima mesa redonda con expertos en derecho ambiental en la Facultad de Derecho de A Coruña a propósito de la encíclica “Laudatio Si” del papa Francisco.

Aterrizamos al segundo intento ya que había algo de viento en cola, lo cual nos permitió volver a contemplar las rías desde arriba y observar el principio del océano que, por un momento, me pareció un bosque de olas.

Ya en tierra, hablé de los bosques primarios, y del impulso vital original, que tiene mucho que ver con lo que podréis escuchar esta noche, sobre las 00:20h, en el cierre de Naturaleza de los martes en “La noche en 24 horas” del Canal 24 horas de TVE.

Sale un bosque como un mar.

Nada más regresar a Madrid me fui a la inauguración de la Exposición de Acuarelas de Berta García-Frías, mi querida y admirada tía, en la sala Becuadro en General Álvarez de Castro, 1, donde reservé estos preciosos membrillos para poner al sol de mi galería.

Era de noche cuando acabó ayer el día.

Saludos,

Mónica

Membrillos / Acuarela de Berta García-Frías

Membrillos / Acuarela de Berta García-Frías

Junto a la acuarela "Membrillos" de Berta García-Frías / Foto de Carmen Fernández-Aceytuno

Junto a la acuarela “Membrillos” de Berta García-Frías / Foto de Carmen Fernández-Aceytuno

LA ENCÍCLICA
Mónica Fernández-Aceytuno
ABC, 20-6-2015

El título del capítulo “Lo que está pasando a nuestra casa” es, a mi parecer, acertado, porque la Ecología es la ciencia de la casa y porque conviene al verbo un tiempo gerundio, ya que aún desconocemos cuál es el origen de la vida y cuál podría ser nuestro final, dado que el 99,999 por ciento de las especies que han existido alguna vez sobre la tierra se han extinguido ya. No somos: vamos siendo ¿hacia dónde? Y no vamos solos. Cada especie es miembro de una sociobiología, una comunidad de especies. Cuando hablamos de biodiversidad nos referimos a la contemporánea, al tejido vivo que nos sostiene como si fuéramos una parte, tal vez el cerebro, de un organismo que es toda la biosfera cubriendo una capa muy fina de la Tierra, nuestra casa, donde ni el aire ni el agua ni el suelo vienen de momento de fuera. Sólo la luz del Sol consigue que este sistema no sea cerrado. La luz de la esperanza.

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