Margalef

Margalef

Me he llevado hoy, en este lunes tan triste, la grata sorpresa de que la Fundación AGBAR ha presentado la biografía de uno de nuestros más ilustres científicos y divulgadores de la Ecología: Ramón Margalef, cuyo tratado “Ecología” tengo roto hace tiempo de tanto abrirlo para consultarlo. Y también lleno de frases subrayadas como éstas:

“La polución es la ausencia de retorno, la obstrucción del ciclo natural”

“La acción del hombre es menor cuando se conserva una vegetación de estructura arbórea.”

“Las poblaciones humanas se unifican y gravitan en bloque sobre regiones cada vez más extensas. Hoy día la Humanidad entera tiende a actuar como un solo sistema, en términos ecológicos, explotando al conjunto de la biosfera como una unidad. La dispersión de los residuos de la civilización humana es también universal. Esta situación ha hecho a la Humanidad más solidaria en su destino.”

Y mi cita preferida de Margalef:

“Es vana la pretensión de encerrar toda la Naturaleza en los sistemas de ecuaciones diferenciales tan caras a los ecólogos y, a fin de cuentas, puede ser más efectivo sentarse a ver discurrir las aguas de un río y a escuchar el susurro de las hojas de los árboles”.

Hay tres palabras que siempre escribía con mayúscula: Naturaleza, Humanidad y Ecología.

Precisamente hoy, todavía conmocionada por los terribles sucesos que estamos viviendo, me ha emocionado recordarlo.

Saludos,

Mónica

P.S. La hermosísima foto que ilustra esta información es de Javier Valladares, de un águila pescadora en un lago escocés, ya que Margalef era limnólogo, un experto en limnología, la ciencia de los ecosistemas acuáticos continentales.

PARA MARGALEF
MÓNICA FERNÁNDEZ-ACEYTUNO
ABC, 31-5-2004

Aunque está lloviendo, el monte del Gato se ve todo alumbrado, iluminado por los últimos amarillos del tojo y los primeros de la retama, justo donde ya nada se planta.

Más abajo, en los prados inundados, unas manchas amarillas a las que al principio ni se les presta atención, resulta que son espadañas, ácoros silvestres con flores de lirio que han aprovechado el abandono del prado, ¿estará enfermo su dueño?, ¿habrá problemas de herencia?, para conquistar con sus rizomas, que avanzan bajo el agua, el campo inundado. También en la universidad recuerdo por estas fechas un solar abandonado, donde siempre decían que iban a hacer no sé qué, y no se hacía, y entretanto se llenaba de jaramagos amarillos, cuando iba a los exámenes. A este florecer tras el abandono, a este proceso por el que la vida sigue a pesar de todo, Margalef lo llamaba «sucesión». Siempre el nombre de Margalef en los apuntes y en los libros y, en la cabeza, sus recomendaciones: «La teoría ecológica es sugerida a veces por la técnica, o por las circunstancias sociales; pero también por una contemplación profunda de la Naturaleza».

Para siempre Ramón Margalef, en el solar, en el prado, en la cumbre del monte, donde veo lo hermosas que son las tierras que el hombre abandona.

Ácoros silvestres florecidos en el un prado inundado/ Aceytuno

Ácoros silvestres florecidos en el un prado inundado/ Aceytuno

Águila pescadora/ Javier Valladares (www.javivalladares.com)

Águila pescadora/ Javier Valladares (www.javivalladares.com)

Ventana de París / Toutes mes condoléances/ Aceytuno

Ventana de París / Toutes mes condoléances/ Aceytuno

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