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Crónica recién escrita por Juan Carlos Delgado Expósito.28 Mayo. Por la tarde. “Hoy el viento está solano, sopla del Este. El cielo luce despejado y el sol hace mella.

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Crónica recién escrita por Juan Carlos Delgado Expósito.28 Mayo. Por la tarde. “Hoy el viento está solano, sopla del Este. El cielo luce despejado y el sol hace mella.

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Crónica recién escrita por Juan Carlos Delgado Expósito.

LA MANZANILLA QUE NO LO ES

28 Mayo. Por la tarde.

Hoy el viento está solano, sopla del Este. El cielo luce despejado y el sol hace mella. Camino por un sendero entre olivares, en algunos tramos la vegetación casi impide avanzar. Hacia el Sur, lejos, se oyen cada cuatro minutos aproximadamente las detonaciones de los artilugios utilizados para ahuyentar a las aves que se alimentan con el grano u otros frutos, ya maduros o casi maduros.

El rosal silvestre se ha despojado ya de sus flores que lentamente se están convirtiendo en frutos; igualmente ocurre con la zarzamora, uno y otra planta solo muestran alguna flor residual con los pétalos descoloridos y que caen al mínimo roce sobre ellas.

Procesiones de hormigas cruzan el camino de tierra, acarreando semillas hacia sus hormigueros, entre ese caos aparente mientras unas van y otras vienen cargadas a veces con piezas que son más grandes que ellas.

Un carbonero común se deja oír posado en un olivo, mientras una curruca cabecinegra canturrea desde la espesura del soto a orilla del camino.

En las zonas más soleadas amarillean las flores de la Manzanilla, así se conoce por estas tierras a la Helichrysum sp. o Perpetua, en la fotografía. Aquí se recolecta ahora y se deja secar, para utilizarla como una manzanilla en infusión. Su sabor es algo amargo. Mientras escribo estas líneas recién llegado del campo, aun me queda en las manos el perfume de esta planta, de flores de oro.

El orégano u oriégano está casi a punto de florecer, pero esperaremos unos días para hablar de el y fotografiarlo. Alguna encina muestra ya también alguna incipiente bellota, tan incipiente que son milímetros de bellota los que asoman entre las hojas, pero ahí están las primeras. Estaremos atentos.

Un volantón de pinzón vulgar se mueve por el camino, parece inseguro, muy torpe, macho y hembra andan cerca.

Unos herrerillos comunes tontean delante de mi, a poca distancia, y un agateador común se mueve acrobático por el tronco de una gran encina que crece a la orilla del camino. El sol baja lentamente y yo también me marcho lentamente para hacerles llegar la crónica de este jueves.

Juan Carlos Delgado Expósito

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