8:00h. Buenos días. Por detrás de mi casa han labrado un campo pasando el tractor tantas veces que la tierra ha quedado fina como un limo donde se podría escribir con un dedo una frase sobre los surcos.

8:01h. Y cuando paso con el coche, a veces, sobre ese campo que para ser de aquí es bastante grande, hay cuatro o cinco cuervos, que no levantan el vuelo cuando paso.

En otras ocasiones, son tórtolas torcaces las que están alimentándose en el campo recién arado, y les pasa como a las lavanderas, que sus tonos blancos, grises y hasta los negros, se ven más claros junto a la oscura tierra.

En cuanto paso, una de las torcazas que siempre está un poco apartada, como si estuviera de guardia, emprende el vuelo y detrás de ellas van todas las demás, y empiezan a hacer esperas, giros en círculos, hasta que acabo de pasar por ese camino, se apaga el ruido del motor en el aire, y vuelven al campo.

Nunca coínciden los cuervos y las torcaces: o están los unos, o están las otras.

Sé que en las autopistas hay incluso pájaros que anidan en las medianas, pero allí el sonido de los coches es continuo como el de un río, y aquí es el pasar de uno, que es el mío, por el camino, el que rompe la calma y el silencio consuetudinario del campo.

Si en las grandes carreteras que rodean a las ciudades, se parase de pronto todo el tráfico, con su murmullo de moscardón, esos pájaros que anidan en las medianas, levantarían el vuelo. Les daría miedo la falta de ruido.

Feliz fin de semana y hasta el lunes,

Mónica Fernández-Aceytuno

P.S. A esta hora de la mañana, 12:54h, están los percebeiros en la isla de Sálvora. (Leer más en ACTUALIDAD)

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