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Buenos días. Por fin ha salido el sol y voy al mar, pero antes dejo aquí lo último que ha llegado de Jerónimo, esta vez sobre el verdecillo.

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Buenos días. Por fin ha salido el sol y voy al mar, pero antes dejo aquí lo último que ha llegado de Jerónimo, esta vez del verdecillo, sobre el que escribe:

“Casi todas estas aves, una vez que han terminado la confección del nido, suelen poner un

huevo por día, hasta el total de una “puesta”, que puede ser de cuatro.Cada vez que ponen uno de ellos, la madre sale del nido y espera hasta poner el último para incubarlos todos a la vez y así eclosionan el mismo día y en el mismo momento.

Cuando nacen las crías los padres les dan una semilla que pica un poco, me parece que la planta

que la produce se llama “salsa”. Más adelante le dan otras que tienen unas vainas de cinco

centímetros de largas y en el interior semillas

del tamaño de la cabeza de un alfiler (no los de cabeza gorda para ponerse la mantilla las señoras, sino los finos para costura). Ya un poco

más crecidos, estos pájaros que tienen el pico en forma de “cono”, es decir, de pico duro, saben

romper las “perfollas” o cáscaras que cubren las

semillas, las sacan y se las comen.

También recuerdo cómo las campesinas “echaban la gallina clueca para que sacara” diez o doce pollos y al nacer le abrían el pico para meterles un grano de pimienta y así darles fuerza y alegría”.

(EL RELATO COMPLETO DE JERÓNIMO SOBRE EL VERDECILLO,HOY, PINCHANDO EN EL TABLÓN DE LOS LECTORES)

Hasta luego, feliz domingo,

Mónica Fernández-Aceytuno

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