16:21
 
“Esta madrugada (N.de la R.: por ayer)ha caído una buena escarcha, una pelúa, como le llaman en prácticamente toda Andalucía.  Benavente decía que el buen tiempo es el tiempo propio de su

16:21

“Esta madrugada (N.de la R.: por ayer)ha caído una buena escarcha, una pelúa, como le llaman en prácticamente toda Andalucía. Benavente decía que el buen tiempo es el tiempo propio de su

16:21

“Esta madrugada (N.de la R.:por ayer) ha caído una buena escarcha, una pelúa, como le llaman en prácticamente toda Andalucía. Benavente decía que el buen tiempo es el tiempo propio de su tiempo por lo que al frío de estos días podemos (y debemos) llamarle buen tiempo. Pero de lo que quería hablarle en este correo es de “pelúa”, una nueva palabra para el diccionario de la naturaleza.

No sé cual será el origen de esta acepción. Se me ocurre que el aspecto del campo escarchado es muy parecido al que se percibirá dentro de unos días cuando aviven los huevos de las pelúas, acontecimiento al que me referí hace casi un año en el correo que he reproducido a continuación. Si non e vero…

Hoy adjunto una foto de la pelúa de esta noche y en cuanto el sol y el rocío haga brillar las telarañas de las orugas de la Ocnogyna le enviaré la correspondiente constancia gráfica.

****

CARTA ENVIADA HACE CASI UN AÑO SOBRE LAS PELÚAS:

“No por esperada deja de sorprenderme cada año la aparición de las pelúas. O de las lagartas. O, rizando el rizo, de las lagartas pelúas. Como Vd. habrá adivinado, se trata de la Ocnogyna baetica, el más andaluz de nuestros lepidópteros. Hace diez o doce días ví en una cuneta la primera tela de araña en la que brillaban gotas de rocío. Con puntualidad biológica estaban naciendo las pelúas, las llamadas lagartas de las habas por ser ésta la planta que más les gusta aunque no hacen ascos a ninguna otra. Pasan las noches, todavía frías, al abrigo de las telarañas que ellas mismas fabrican y cuando empieza a calentar el sol de la mañana abandonan su refugio para hacer por la vida. Hoy, en un eriazo, cientos de telarañas hacían guiños al sol. Las orugas, con ya casi un cm de longitud, habían abandonado los nidos, a los que volverán al caer la tarde. Ya casi huele a primavera.”

****

NULL

Siguiente Post:
Post anterior:
Este artículo lo ha escrito

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.