Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

Jaime Gil de Biedma

Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.


Jaime Gil de Biedma

Que la vida iba en serio

uno lo empieza a comprender más tarde

como todos los jóvenes, yo vine

a llevarme la vida por delante.

Jaime Gil de Biedma

Así acabé ayer el día, viendo por la ventana cómo iba cayendo la noche sobre el paisaje, mientras recitaban los poemas de Jaime Gil de Biedma en uno de los mejores programas de televisión que he visto últimamente: “Imprescindibles”, en la 2 de TVE, en este caso titulado “Jaime Gil de Biedma. Retrato de un poeta”.

Venía de pescar en el río con mi hijo Guillermo. Bueno, él pescó sólo una trucha, que devolvió al agua, tras quedarnos asombrados con la belleza de las pintas rojas que tenía sobre el cuerpo, una imitación de la sombra y de la luz que flota al atardecer sobre el río bajo los avellanos y los alisos.

Yo me dediqué a hacer fotos. Hice un retrato de cada insecto y de cada flor de la ribera como si temiera no volver a verlos porque a mis espaldas, tan sólo a un par de metros de la orilla, han plantado esos eucaliptos que en cuatro o cinco años darán tanta sombra como la losa de una tumba. Y ¿qué harán sin el sol las truchas, los insectos y las flores? ¿Es que no se dan cuenta de que quitar la luz es tan grave como llevarse del río el agua?

Siempre creí que no había mayor rebeldía que contar la belleza pero ahora me doy cuenta de que no ha sido suficiente.

“Que la vida iba en serio/ uno lo empieza a comprender más tarde”.

Muchísimas gracias por vuestros comentarios.

Buen día,

Mónica

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