Se ha muerto Álvaro Mutis y cuando mi hermana me dió la noticia esta mañana y me preguntó ¿sabes quién es?, le dije: “Mira el libro que llevo en la mano.”

Mónica Fernandez-Aceytuno

Se ha muerto Álvaro Mutis y cuando mi hermana me dió la noticia esta mañana y me preguntó ¿sabes quién es?, le dije: “Mira el libro que llevo en la mano.”

Mónica Fernandez-Aceytuno

Se ha muerto Álvaro Mutis y cuando mi hermana me dió la noticia esta mañana y me preguntó ¿sabes quién es?, le dije: “Mira el libro que llevo en la mano”.

Se trata de un libro grande del Real Jardín Botánico, de tapas de tela grisácea, muy elegante, sobre el trabajo de su antepasado José Celestino Mutis a propósito de La Real Expedición Botánica del Nuevo Reyno de Granada, es decir: la actual Colombia.

Suelo llevarlo cuando transporto algún documento, como esta mañana cuando mi hermana me preguntó: “¿Sabes quién es Mutis?”, dejándola asombrada al ver que el libro que llevaba tenía en grande, sobre la ilustración de las flores blancas de una Gustavia augusta, el nombre de Mutis.

Mónica Fernández-Aceytuno

En los moribundos billetes rosados de dos mil pesetas, se puede ver hoy a José Celestino Mutis, mirando con lupa a una flor de hace doscientos años.

Además de la flor, se aprecia claramente el asombroso parecido que hay entre José Celestino Mutis, nacido en 1732 en Cádiz y al que llamó Humboldt “ilustre patriarca de los botánicos”, con su descendiente, Álvaro Mutis, recién galardonado con el Premio Cervantes. Quien lleva sus ojos desde las recientes fotografías en los periódicos hasta ese rostro lejano del billete, se encuentra con el mismo pelo blanco, las mismas entradas en la frente, la misma intensa mirada, y el mismo gesto simpático, grave y sabio. Claro que, al Premio Cervantes, le falta su flor en la mano. Esta flor es oriunda de las selvas colombianas y es la flor que envió Mutis a Linneo y por la que el naturalista sueco le contestó con una carta en la que le manifestaba su alegría por el hallazgo de una flor nueva, a la que bautizó con el nombre de: Mutisia.

Cuando se trituren los billetes rosas, la Mutisia florecerá en las lianas de la selva, y trepará por los jardines con su misma flor anaranjada, casi roja, porque los años jamás pasan por las buenas letras ni por las flores hermosas.

Mónica Fernández-Aceytuno

ABC, 15-12-2001

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