Siempre me pasa lo mismo. Aparecen de repente. Aunque las espero, todos los años me sorprenden sus flores, que surgen de la noche a la mañana o, más bien, de la mañana a la noche.

Siempre me pasa lo mismo. Aparecen de repente. Aunque las espero, todos los años me sorprenden sus flores, que surgen de la noche a la mañana o, más bien, de la mañana a la noche.

Las jacarandas se dan estupendamente en Andalucía. Yo las asocio siempre con las primeras comuniones, antes de mis hijos y ahora de mis nietos, pues en el mes de mayo se encuentran en plena floración. En otoño florecen nuevamente aunque de forma mucho más débil, quizás añorando las primaveras de sus lugares de origen donde no han feminizado su nombre guaraní de jacarandá.

Es un excelente árbol para nuestras calles y plazas. Los de la imagen están en el Paseo Catalina de Ribera, en Sevilla, y su color azul violáceo contrasta con el verde de los naranjos que hasta hace pocas semanas estaban llenos de azahar.

Siempre me pasa lo mismo. Aparecen de repente. Aunque las espero, todos los años me sorprenden sus flores, que surgen de la noche a la mañana o, más bien, de la mañana a la noche. Ya lo decía el poeta Alberto Ruy-Sánchez: Esperada e intempestiva, la jacaranda sorprende, es como despertar juntos tantos años y siempre decirse, de pronto y por sorpresa, “buenos días”.

Las flores, al caer colorean de azul aceras y parterres. Me da pena pisarlas. No comparto los versos de Alberti …yo quiero pisar la nieve azul del jacarandá…

Un abrazo. Joaquín

Siguiente Post:
Post anterior:
Este artículo lo ha escrito

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.