Día de la mujer

Día de la mujer

El 22 de Noviembre de 2011 falleció la bióloga Lynn Margulis, a la que tanto admiramos. En su honor, recuperamos lo escrito en el ABC NATURAL de Octubre de 2007. Descanse en paz. Es una pena que el Nobel no se otorgue a título póstumo, porque ella, como Rosalind Franklin, también lo merecía.

MARGULIS

Tengo la intuición, y por lo tanto esto que voy a escribir no es ciencia, sino ciencia-imaginación; tengo la intuición, escribía, de que se van a unir en el tiempo dos hitos científicos importantísimos y son, por un lado, el descubrimiento de vida más allá de la Tierra y, por otro, la independencia como ser de una suerte de bacterias que llevamos alojadas con sus propios genes dentro de nuestras células.

Una de las mujeres científicas que más admiro, además de a Margarita Salas, compañera de colegio de mi madre, es a Lynn Margulis. Puedo decir que Lynn Margulis fue el primer nombre de mujer que leí en los índices onomásticos de mis mejores libros de ciencia. Hace poco llevé adrede a mis manos uno de sus libros que tiene ya muchos años, una guía sobre los organismos unicelulares donde escribe un prólogo en el que se dirige a los exploradores del espacio y les dice que esa obra puede servirles de guía para encontrar vida más allá de la Tierra.

Porque lo que hay que buscar más allá no son los extraterrestres de las películas, sino esos diminutos y primitivos organismos unicelulares a los que aún no hemos enfocado tal vez lo suficiente para verlos. Han faltado miradas de microbiólogos en el espacio.

Cualquiera de los dos descubrimientos, que creo están en breve por acontecer, cambiará radicalmente nuestra visión de la Naturaleza. Más aún que las teorías de Darwin, y mucho más que contemplar la imagen de la Tierra desde afuera, será saber a ciencia cierta que la Naturaleza no es un hecho doméstico y local como venimos considerando, sino un hecho universal.

Y si, por otro lado, conseguimos que las mitocondrias que llevamos en las células vivan al fin por su cuenta como ya se está intentando, veremos con la claridad del día que es aún más infinita la Naturaleza de lo que pensábamos, y nosotros aún más pequeños y extraños, al poder vivir gracias a que llevamos, englobados en nuestras células, organismos procariotas parecidos a los que pululan por el espacio.

De momento, claro, por mi espacio imaginario.

Mónica Fernández-Aceytuno

ABC NATURAL, Octubre 2007
Autora de “El país de los pájaros que duermen en el aire”

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