Por la tarde, la luz se vuelve azul e inevitablemente, se siente nostalgia.

Hoy,os invito a contemplar,un paisaje magnifico.Vamos al Valle de San Millán,a la cuenca del Cárdenas.

La luz del sol,dora las copas de los chopos,o las hace madurar,con un color ocre,a un punto del rojo.

Hay un suave murmullo del aire en las hojas,del agua en el río,el tintinear de los cencerros,de un cercano rebaño de ovejas,y tímidos cantos de gorriones y petirrojos,saltando en las zarzas,y comiendo cálices de flores,calambruchos.

El olor de humo de leña de las acogedoras cocinas,que inunda las ondonadas;las hojas de los nogales dispersas por el camino,desprenden al pisarlas un agradable olor.

Cada momento del día,es diferente;la luz de la mañana es transparente y diáfana;hace fresquito,invita a pasear.La del medio día,es más

densa,hace calor,y es bueno sentarse y mirar.

Por la tarde,la luz se vuelve azul e

inevitablemente,se siente nostalgia.

María Luisa.

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