La zanahoria silvestre tiene una particularidad muy curiosa: en el centro de la inflorescencia de flores blancas aparece un flor oscura, que actúa como un auténtico cimbel.

Joaquín

La zanahoria silvestre tiene una particularidad muy curiosa: en el centro de la inflorescencia de flores blancas aparece un flor oscura, que actúa como un auténtico cimbel.

Joaquín

Querida Mónica:

Este verano, tras un invierno y una primavera muy lluviosos, estoy observando una población de plantas silvestres, tanto en eriales como en tierras cultivadas, muy superior a la habitual. Especialmente numerosa es la presencia de la zanahoria silvestre (Daucus carota), una umbelífera bianual, con una particularidad muy curiosa: en el centro de la inflorescencia de flores blancas aparece un flor oscura, de color caoba, estéril, cuya función es atraer a los insectos que han de colaborar en su fecundación. Esta flor actúa como un auténtico cimbel.

Cuando madura la umbela, que es plana, los radios se juntan cerrándola en lo que parece un saquito. He abierto varias infrutescencias y he encontrado multitud de chinches de diversos colores, preciosos. Le voy a pedir a Pedro que intente fotografiarlos. Lo he intentado con mi máquina pero no he conseguido ninguna imagen decente.

La foto corresponde a un olivar implantado en una ladera aterrazada que es pura piedra. De su escasa fertilidad da buen testimonio el tamaño de los olivos que, aunque no lo parezca, ya tienen 45 años. Llama la atención la inversión de flora que se ha producido tras un tratamiento con herbicida. Casi la totalidad de la flora espontánea está constituída por plantas de zanahoria silvestre. Parece como si se hubieran sembrado. La dispersión de los frutos, que tienen unas sedas ganchudas que se adhieren fácilmente al pelo de los mamíferos o a la ropa de las personas, ha sido perfecta.

Un abrazo. Joaquín

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