Este de la fotografía tiene el pico negro y es un adulto

Este de la fotografía tiene el pico negro y es un adulto

Los días son cada vez más calurosos, a pesar de que aun estamos en primavera, esto se parece más al verano, cielos despejados y una calor de justicia. Ahora es un buen momento para aprovechar las charcas y cualquiera de los bebederos naturales o artificiales, para la observación de fauna, especialmente aves.

En la mañana del sábado cuando aun el sol no ha salido, me encuentro ya en mi hide, fabricado de manera artesanal con tela de camuflaje comprada en el mercadillo y con ligeros pero consistentes ángulos de metal. A mi lo de hide no me va, ya lo comenté en algún momento, yo prefiero llamarlo chozo o aguardo, que es como se le conoce aquí en mi tierra. Pero sea como fuere, aquí me encuentro a pocos metros de una charca ganadera, la cual se ubica en una zona abierta, zona de pastos dedicada al pastoreo de vacas y ovejas.

A las siete y cuarenta y cinco de la mañana algunas cigüeñas blancas se alimentan en la orilla, varios ánades reales nadan plácidamente en las quietas aguas, un milano negro planea a poca altura. Garcillas bueyeras pasan en grupos desordenados como es costumbre en ellas. A las siete y cuarenta y ocho llegan dos cigüeñuelas, se posan en la orilla contraria a donde me encuentro, allí comienzan sus paseos por la orilla con las patas metidas en el agua casi hasta las “rodillas”, al poco se marchan. Ahora la superficie del agua se inunda de ondas circulares debido al movimiento de los renacuajos de sapos de espuelas que salen a la superficie quizás a respirar o quizás a comerse los insectos que pululan ya a estas horas en toda la charca.

Los renacuajos se encuentran en diferentes fases: unos aun como verdaderos renacuajos enormes y otros casi formados ya aunque aun con la cola a rastras como puedo comprobar de vez en cuando desde mi aguardo, cuando salen del agua para dirigirse hacia los recovecos de la rocas cercanas. Estos anfibios son la causa de que las garcetas comunes no dejen de lanzar su pico como un arpón al agua, comprobando yo como los sacan del agua y se alimentan sin cesar. Son las siete y cincuenta y cinco y llega alborotando con su reclamo un andarríos. A las ocho y cinco llega un chorlitejo chico (Charadrius dubius), este se posa cerca de mi para que pueda fotografiarlo a placer y comprobar que efectivamente se trata del chorlitejo chico y no del grande, otra especie muy parecida. Este de la fotografía tiene el pico prácticamente negro y es un adulto, quizá un macho, ya que posee el anillo orbital de color amarillo, fíjense en el ojo; también si observan bien en el pico sobre la base inferior verán una pequeña mancha anaranjada o amarillenta oscura, esos son algunos de los rasgos para diferenciarlos del grande.

El sol va subiendo y ahora se posa cerca de mi aguardo un joven de lavandera blanca, se mueve inquieto picoteando los insectos que pululan por la orilla y entre las rocas, mueve nerviosamente la cola y a mi se me acelera el corazón al tenerlo tan cerca. Un grupo de galápagos leprosos salen y se colocan en una roca que está siendo iluminada por el sol de la mañana, algunos realizan movimientos bruscos con la cabeza toda fuera de su caparazón; ¡fascinante¡, están atrapando insectos al vuelo, esto lo considero una buena observación y son las ocho y veinte minutos de la mañana. Diez minutos más tarde varias golondrinas pasan a ras de agua. Un alcaudón real se posa a pocos metros de mí en una roca prominente, allí emite varios reclamos y se marcha. Dos cuervos pasan emitiendo también sus reclamos. A las ocho y cincuenta y seis una paloma zurita se posa en la orilla, bebe y se marcha rápidamente. Dos minutos más tarde llegan dos Gangas ortegas y se posan muy alejadas de donde me encuentro, otro día les mostraré las fotos de estas aves y les contaré algo sobre ellas.

A lo largo de la mañana irán desfilando por este escenario natural otras muchas aves: cogujadas gorriones, jilgueros, garzas reales…

Un grupo de cinco milanos negros se aprovechan de la abundancia de renacuajos para realizar pasadas sobre la superficie del agua y alimentarse una y otra vez como si de águilas pescadoras se tratase.

Después de seis horas agazapado en el aguardo, salgo con mucha dificultad, pues se me ha quedado dormida la pierna izquierda, además con un dolor tremendo en la espalda y con dificultad para ponerme de pie y poder andar, después de unos minutos ejercitando y andando un poco mi cuerpo vuelve a ser casi normal. Pero ha merecido la pena la sesión de hoy.

Juan Carlos Delgado Expósito

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FOTO: Chorlitejo chico (Charadrius dubius) el 5-6-2010.

AUTOR: Juan Carlos Delgado Expósito

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NOTA DE LA EDITORA: De obra maestra hasta el final se puede calificar la crónica de este sábado escrita desde un chozo por Juan Carlos Delgado Expósito. La foto, también magnífica, es también de este fin de semana, de la que nos dice:

“A las ocho y cinco llega un chorlitejo chico (Charadrius dubius), este se posa cerca de mi para que pueda fotografiarlo a placer y comprobar que efectivamente se trata del chorlitejo chico y no del grande, otra especie muy parecida. Este de la fotografía tiene el pico prácticamente negro y es un adulto, quizá un macho, ya que posee el anillo orbital de color amarillo, fíjense en el ojo; también si observan bien en el pico sobre la base inferior verán una pequeña mancha anaranjada o amarillenta oscura, esos son algunos de los rasgos para diferenciarlos del grande.”

No dejéis de leer la crónica entera, aquí al lado, y ya me diréis qué os parece.

Gracias por participar con vuestros comentarios, fotos o crónicas, en esta web de Naturaleza,

Mónica Fernández-Aceytuno

A las 18:24 del 7-6-2010

Por mi parte, mi artículo en republica.es: Las señoras que venden cerezas tienen las mejillas rojas…LEER MÁS…TIEMPO DE CEREZAS

ÚLTIMA HORA, 10:37… BICHOS, PAPAMOSCAS Y CEREZAS, POR PILAR LÓPEZ

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