Gurumelo, Amanita ponderosa, emergiendo desde el suelo con el sombrero lleno de tierra.
Querida Mónica:
Salimos a pasear por el encinar adehesado, a pesar de los chaparrones que habían caído por la mañana. Pero la promesa de un cielo que poco a poco iba abriéndose en grandes claros, nos hizo salir al campo pues teníamos muchas ganas de caminar.
Cierto es que tuvimos que resguardarnos bajo una encina porque no sorprendió otro chaparrón, pero no duró mucho y después de la lluvia las jaras y los cantuesos se habían llenado de gotas de agua que poco a poco iban escurriéndose hacia el suelo.
Se escuchaban los pinzones por todas partes, de vez en cuando el arrullo de alguna paloma, el canto del cuco a lo lejos y los omnipresentes trigueros.
Es tiempo de gurumelos, nombre común que se le da a las setas de la especie Amanita ponderosa. Muy apreciadas culinariamente, crecen normalmente cerca de las encinas, de las jaras y de los cantuesos, pues su micelio establece simbiosis con las raíces de estas plantas. Es emocionante descubrirlas bajo un pequeño montículo de tierra resquebrajada, a punto de salir a la superficie.
Cuando regresábamos, el sol se metía entre los troncos de las encinas, dando al encinar un aspecto precioso.
Un cordial saludo.
Pilar.
