GORRIÓN ALPINO

EL GORRIÓN AISLADO

Treinta centímetros de nieve y un sol espléndido, tenían ayer por la mañana las praderas junto al refugio de Goriz, en los Pirineos, a dos mil doscientos metros de altura.

No creo que haya mayor fuerza de especiación, algo que proporcione más impulso a la diversidad de especies, que el aislamiento. Las especies más singulares las encontramos casi siempre en el fondo de una cueva, en un lago, en una remota isla, o en lo más alto de las cumbres. Y aislado en la alta montaña como si se hubiera refugiado allí tras una inundación de altas temperaturas, vive un gorrión muy peculiar llamado gorrión alpino. Si se miran sus mapas de población en Europa, se ven los pequeños círculos, manchas donde cría este gorrión como si se tratara de islas separadas por alguna circunstancia. En esta época del año, parece al volar completamente blanco, aunque su cabeza sea gris y tenga también, igual que otros pardales, plumas negras. Sin embargo es más grande, y distinto hasta en el nombre del género, como si Linneo lo hubiera escrito para conservar de alguna manera la pureza de su vida: Montifringilla nivalis.

Es un gorrión que ignora todo sobre sí mismo. Ayer volaba una bandada de veinte ejemplares junto al refugio. Buscaban, como el más común de los gorriones, migas de pan sobre la nieve.

Mónica Fernández-Aceytuno

ABC, 6-12-2004

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