EL HORNERO

ACTUALIDAD NATURAL

MÓNICA FERNÁNDEZ-ACEYTUNO

ABC, Lunes 3-1-2004

EL CANTO DEL HORNERO

En lo alto de los postes que se usan en las estancias uruguayas para cercar al ganado, hace su nido de barro, con forma de horno de pan, un pájaro llamado “hornero”.

También sitúan el nido sobre las ramas de los ombúes. El dueño de la estancia, que desde que se separó de su mujer alquila los caballos y la casa, te cuenta su vida rota como si la esposa se hubiera ido esa misma mañana, o hace mil años; y con igual gesto dolorido e infinito, habla de los ombúes. Se están muriendo. Las hojas se quedan a medio crecer, como si les diera miedo exponerse, y un científico inglés que estuvo por allí trabajando hace unos días, sospecha que esta debilidad del ombú, que significa “árbol de la bella sombra”, tiene probablemente que ver con el adelgazamiento de la capa de ozono. El estanciero está seguro, y esta intuición del hombre al que ya no le queda nada más que el amor a la tierra, ha causado en mí mayor efecto que cualquier certeza científica.

Decía Hudson que “lo que perdimos al alejarnos de la naturaleza supera lo que hemos ganado”. Por vez primera he visto la ola invisible de radiaciones ultravioletas. Roba la sombra a los árboles, y deja cantando al hornero sobre sus ramas, protegido por el frescor de un nido con forma de horno.

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