CHOVAS

LAS CHOVAS PIQUIRROJAS ANUNCIAN FRÍO Y NIEVE

Mucho frío, mucha nieve, mucho viento tiene que haber allí arriba para que las chovas piquirrojas bajen de las cumbres pirenaicas con el pico rojo, y las plumas de cuervo, y el canto de gaviota.

Ayer por la mañana, el ornitólogo César Pedrocchi las oyó pasar sobre Jaca y lo primero que pensó fue en el frío de las cumbres.

Hay otras chovas, las piquigualdas, cuyas voces en bandada recuerdan al repiqueteo de las campanas y que también viven, como las piquirrojas, en los acantilados de las alturas. Se trata de córvidos que han criado en colonias afincadas desde tiempos inmemoriales en la alta montaña y a las que el frío y la falta de insectos, obliga a descender hacia los valles, hasta la falda de los montes. Cada lugar tiene una clave para adivinar el tiempo, aunque sea de lejos. Pero la vida: los pájaros, los árboles, las plantas, han dejado de anunciar el tiempo meteorológico, perdida en otro tiempo, el que más pesa.

Ya no pregunto ni a José,el sabio de mi aldea,si se sabe qué tiempo hará. La última vez que lo hice, se quedó callado un rato y me dijo: “No sé, aún no fui al París a leer el periódico”.

Aún así las chovas piquirrojas sobrevolaron ayer Jaca, y anunciaron el frío y la nieve en las altas cumbres, y dejaron en el aire su canto de gaviota.

Mónica Fernández-Aceytuno

ABC,Sábado 10-10-1998

Fondo de Artículos

de la Naturaleza de

www.aceytuno.com

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