Cerezos

Cerezos

Incluso en el centro de la ciudad, a las puertas del Museo Arqueológico Nacional, en el jardín impresionista de Isaac Escalante, han florecido los cerezos. Al subir la vista al cielo recuerdan un poco, por la intensidad del azul, por el blanco de las flores, a “Ramas de almendros en flor” de Vicent van Gogh en Saint-Rémy c. 1890 pero aquí las ramas se mueven con el viento de los días dejando caer unos pétalos que son las huellas dactilares del árbol. Si los grabas a cámara lenta se aprecia que van dando vueltas como una bola de nieve que rodara por una montaña de aire con la indecisión de una mariposa. Hay más flores blancas dando lecciones de arquitectura por las calles, dejando caer sus pétalos sobre las cabezas de la gente, pero al cerezo lo distinguimos por su corteza lisa y grisácea con líneas horizontales por donde asoma, cerúleo, irisado y rojizo, el color de sus frutos.

Mónica Fernández-Aceytuno
Los cerezos
ABC, 9-4-2016

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