CENTOLLA

LA CENTOLLA FAROLERA

La centolla farolera es la centolla del pobre ignorante que lo sabe todo. Es vana, fachendosa, llena de agua como una mirada hueca, y sólo sirve para un paladar acostumbrado a que le roben los mejores sabores de la tierra.

Hay que descubrir a la centolla farolera, más llena de agua que de carne. Hay que mirar la vena, esa parte del abdomen que recubre la porción final del tracto intestinal: debe de tener un color rosa, o blanco, que es el color de la vena de una centolla que ya ha hecho, del agua absorbida tras la muda, carne. Y si lo que queremos es una buena hembra, los huevos de su abdomen no deben de ser de un naranja claro, sino oscuros, huevos maduros, a punto de convertirse en larvas mientras la hembra, de puestas sucesivas, está ya formando por dentro otras gónadas: los corales.

El mar es un caparazón grande y de hermoso. Pero ¿en qué lugar se produce el reclutamiento de las centollas?, ¿cual es su estructura poblacional?, ¿dónde estarán mudando ahora mismo?, es lo que investiga el equipo del profesor González Gurriarán para no vivir ignorando, pobres, para no hacer del mar un farol lleno sólo de vientos, de olas y de agua.

Mónica Fernández-Aceytuno

ABC,Sábado 17-7-1999

www.aceytuno.com

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