AVEFRÍAS

UNA LLUVIA DE AVEFRÍAS

Han recogido el algodón, antes de que hiciera buenas migas con el agua. Los campos se han inundado, parecen lagos y no tierras, donde remueven el barro unas avefrías que han llegado con la lluvia.

Son aves pías, blancas y negras, con cuerpo de paloma, y un moño en la cabeza de madrina de boda. Dice Manuel Vázquez, halconero, que están llenando las avefrías los campos sevillanos, y que, cuando están quietas, se ven las plumas del dorso irisadas en verde y en púrpura. Siempre van juntas: antes de tomar tierra, se arremolinan como el agua de un pilón, como una nube de borrasca. El viaje ha sido precipitado, casi una fuga de tempero, huyendo con el viento, sin tiempo para nada; por eso llegan las avefrías tan delgadas, exhaustas, a veces se pueden cazar con la manos. De noche, maúllan como un gato, da miedo oírlas, da pena verlas, en los campos de alfalfa inundados, comiendo bajo una luna llena envuelta en lluvia.

No se les mojan las alas; aunque el agua atraviese el cielo y la tierra como un verso, como una canción que hizo migas con el alma.

Mónica Fernández-Aceytuno
ABC, Lunes 25-10-1999
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